Resuelve conflictos
Resuelve los conflictos que tienen solución
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10 de noviembre de 2023
La base para resolver un problema.
Una pareja que se respeta y que están abiertos al otro tienen una buena base para resolver el conflicto. Sin embargo, nu suele ser suficiente.
El tratamiento habitual.
La mayoría de terapeutas y asesores aconsejan:
Escuchar a tu pareja.
Comunicar lo que has entendido con tus palabras.
Sin embargo, es muy difícil llevar esto a cabo en medio de una discusión. La tensión está por las nubes impidiendo una progresión sana en la resolución del conflicto.
La propuesta de Familias XXI
El modelo que propone FXXI tiene cinco pasos:
Suaviza el planteamiento de la discusión. No comiences en un tono agresivo o violento.
Aprende a ofrecer y recibir intentos de desagravio. Diríamos que son las peticiones de tiempo muerto para encarrilar la discusión.
Tranquilízate a ti mismo y a tu pareja. La ansiedad empeora el diálogo.
Llegar a un compromiso.
Ser tolerante con los defectos del otro.
- Suavizar el planteamiento de la discusión
Debemos tener claro que así como comienza una discusión, así acabará. Si has empezado atacando o en un tono agresivo, ten por seguro que el final del enfrentamiento será una lucha en la que uno ataca y el otro defiende.
Empezar por expulsar a los cuatro ladrones. La crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la actitud evasiva. Para saber más, pincha aquí.
Cuando hay respeto el uno por el otro, la discusión tiene otro tono. Jamás recriminarías agriamente a una visita que se deja el paraguas. Lo mismo con tu pareja, que te ama más que esa visita.
Por supuesto, este paso inicial de comenzar sin violencia se va a ver dificultado en parejas con un historial de faltas de respeto, de menosprecios y de no escuchar o tener en cuenta al otro. Es normal. Hace falta tiempo y perseverancia para que el cambio vaya tomando forma.
Recuerda, queremos una discusión productiva.
Sugerencias.
Dejamos algunos apuntes para que la conversación no tenga un carácter agresivo.
Quéjate sin echar la culpa al otro. Distingue entre queja y crítica.
Emplea frases que empiecen con yo en lugar de tú. Deja que el énfasis de queja recaiga en ti.
Describe lo que está pasando, sin evaluar ni juzgar.
Expresáte con claridad.
Sé agradecido. El sentimiento de agradecimiento ablada tu corazón, eventualmente también el suyo.
No te guardes nada. No dejes que ese asunte te queme hasta que estalles.
2. Tratamiento de los desagravios
El desagravio tiene la función de un freno. Ha de parar la discusión para tomar aire, recapacitar y reconducir el diálogo.
La clave.
Normalmente emitimos estos intentos de desagravio en nuestras discusiones. Sin embargo, la otra persona no suele identificarlos, o no quiere recibirlos. Si la otra persona no lo reconoce, no habrá posibilidad cercana de llegar a alguna solución.
Las parejas emocionalmente inteligentes saben ofrecer y recibir esos desagravios. Han aprendido a leer las emociones del otro y a responder de una forma constructiva. Implícitamente, han desarrollado un sistema de desagravios que solamente ellos reconocen. Por ello, están muy bien preparados para que las discusiones no se les vaya de las manos.
Los beneficios.
Se producen dos efectos fundamentales cuando alguno levanta la bandera blanca y el otro la reconoce y la respeta:
Se mitiga la tensión. La ansiedad que estaba abrumando a los contendientes rebaja su intensidad, favoreciendo un posible acercamiento entre ellos.
Se abre un espacio para el diálogo y la cooperación. Esto ha de ser aprovechado por ambos para construir una solución, en lugar de destruir al otro.
Las parejas saludables.
Estas parejas son expertas en ofrecer y recibir los intentos de desagravio con facilidad.
Prestan atención a esos frenos. Evitan que las malas palabras y actitudes adquieran velocidad, y las echan fuera.
Aunque parezca un poco artificial y antinatural (solamente a primera vista) ensayad algunas frases que inviten a parar. Serán altavoces que podréis emplear en vuestras diferencias.
¡Alto!
Se nos está yendo de las manos.
3. Tranquilizarse
La ansiedad puede producir estragos en la relación. Y, en una discusión, puede ser catastrófica. Puedes ver sobre ella en este artículo.
El primer efecto que de la ansiedad es que impide reconocer y recibir los desagravios. La mente está alterada y enfocada en el ataque o la defensa, pero no en las peticiones de tiempo muerto que el otro emite. Además, la ansiedad no deja que busquemos una alternativa a lo que está sucediendo en ese momento.
Tranquílizate tú mismo.
Para tranquilzarte, parad la discusión. Y descansa al menos 20 minutos, que es lo que tarda el cuerpo en restaurarse fisiológicamente de la tensión. Sudoraciones, elevación de la tensión arterial, alteraciones en el corazón, respiración entrecortada o hiperventilación, ...
Siéntate en una silla cómoda.
Concéntrate en tu respiración.
Relaja los músculos.
Permite que la tensión desaparezca.
Sé consciente de la relajación de los músculos.
Evoca imágenes y pensamientos positivos y edificantes.
Los beneficios de una respuesta relajada.
El dominio propio que exige el ofrecer una respuesta relajada te va a hacer dueño de la discusión, a la vez que estás mostrando respeto por el otro. Evidentemente, se va a relajar la negatividad de la discusión.
Ahora estáis en disposición de retomar la discusión desde una perspectiva constructiva.
4. Un compromiso
La única solución a un problema es un compromiso aceptable para los dos.
Esto exige negociar, de igual a igual. Hay unos requisitos mínimos:
La negociación sólo es posible después de haber seguido los pasos anteriores: planteamiento no agresivo, desagravios atendidos y estando relajados.
Además, es necesario aceptar la influencia del otro (puedes ver el artículo). La negociación no es posible si no hay dos direcciones.
Ahora sí, tratad las diferencias y preferencias de cada uno.
Un terreno común.
La negociación para llegar a un compromiso beneficioso para ambos será más fácil cuando el terreno común entre ambos sea lo más amplio posible.
Para ello, la herramienta de los dos círculos concéntricos es muy útil.
El círculo interior debe ser lo más pequeño posible. Ahí debes incluir los aspectos o asuntos en los que no vas a ceder. Son líneas rojas que no estás dispuesto a rebasar y que no entrarán en la búsqueda de un compromiso.
El círculo exterior incluirá todos aquellos aspectos que son negociables y en los que estás dispuesto a hacer concesiones, modificaciones e, incluso, prescindir de ellos.
5. Tolerancia a los defectos
Atrapados en las frases condicionales:
Si mi pareja ...
Si solamente ...
Es necesariio un cambio de actitud si queremos resolver nuestros conflictos y tratar con respeto a nuestra pareja.
No se trata de que alguien cambie, sino de negociar y llegar a un acuerdo.
El siguiente paso
En la página web de Familias XXI encontrarás recursos y talleres que hemos impartido para abordar los conflictos, sean de uno u otro tipo.
Cuando el conflicto no se puede solucionar.
El próximo taller que impartiremos nos dará unas claves para salir del estancamiento en un problema que no se puede solucionar.
Ánimo.
Acepta el punto de vista del otro y trabaja los anteriores principios.